El fútbol podría estar a punto de cambiar para siempre, ya que se avecinan importantes reformas en su reglamento. Gianni Infantino, presidente de la FIFA, ha confirmado que en marzo se celebrará una reunión con la International Football Association Board (IFAB), en la que se debatirá una serie de modificaciones que podrían transformar radicalmente la dinámica del juego.
Algunos de los temas más importantes para discutir incluyen la posible modificación de la regla del fuera de juego según la Ley Wenger, la implementación de una comunicación en tiempo real de las decisiones del VAR, la creación de un sistema de Challenger que permita a los entrenadores pedir revisiones arbitrales, y la búsqueda de medidas eficaces para disminuir las frecuentes pérdidas de tiempo en los partidos.
Así cambiaría el fútbol para siempre
La Ley Wenger, propuesta por Arséne Wenger que ahora es asesor de la FIFA, busca modificar la regla del fuera de juego en cómo se determinará si un jugador está en posición fuera de juego. Según la nueva interpretación, un atacante solo será sancionado si todo su cuerpo ha sobrepasado completamente la línea del penúltimo defensor, es decir, si cualquier parte de su cuerpo, incluso el talón, está alineada con el penúltimo defensor, se considerará en posición correcta.
Sobre la transparencia en el uso del VAR, en competiciones recientes, como la Copa Intercontinental, se ha probado la transmisión en vivo de las decisiones arbitrales para que el público entienda el razonamiento detrás de cada revisión. FIFA e IFAB buscan expandir esta medida a nivel global, permitiendo que espectadores, jugadores y entrenadores comprendan el criterio detrás de cada fallo.
Además, se está evaluando la posible implementación del sistema Challenger, similar al de otros deportes, que permitiría a los entrenadores pedir la revisión de jugadas clave. Este cambio daría a los equipos una herramienta estratégica para cuestionar decisiones arbitrales, aunque su adopción dependerá de los resultados de las pruebas realizadas en diferentes competiciones.
Las afectaciones económicas de los cambios
La FIFA ha invertido una cantidad significativa en la implementación de tecnologías en el fútbol, especialmente en las últimas dos décadas, para mejorar la precisión del arbitraje y la experiencia en el campo. Aunque las cifras exactas varían dependiendo de la tecnología y el contexto, se pueden dar algunas estimaciones de lo que la FIFA ha gastado en sus principales iniciativas tecnológicas:
- VAR (Asistente Arbitral de Video): La implementación del VAR a nivel mundial ha sido costosa. Se estima que la FIFA ha gastado alrededor de 250 millones de dólares en la implementación del VAR en competiciones de gran escala, como la Copa del Mundo 2018 y su uso en ligas nacionales. Este costo incluye la instalación de equipos, el personal de formación de árbitros y el mantenimiento de las infraestructuras.
- Tecnología de Línea de Gol: La FIFA invirtió alrededor de 10 a 15 millones de dólares en la tecnología de línea de gol para la Copa del Mundo 2014, que se ha utilizado desde entonces en otros torneos internacionales y ligas nacionales. Este gasto cubre la instalación de sistemas de sensores en los estadios y la capacitación del personal para su operación.
- Desarrollo de Tecnología y Equipos para Árbitros: La FIFA ha destinado recursos al desarrollo de tecnologías de asistencia para los árbitros, como cámaras de alta velocidad y equipos de análisis de datos. Aunque no hay cifras exactas, se estima que la inversión anual en este tipo de tecnologías podría superar los 30 millones de dólares, considerando las actualizaciones de los sistemas y el gasto en investigación y desarrollo.
- Futuro y Experimentación con Nuevas Tecnologías: La FIFA también ha realizado inversiones en tecnologías emergentes como el uso de sensores en balones y jugadores, así como en el análisis de datos mediante inteligencia artificial. Aunque estos proyectos son más recientes y están en fase de prueba, se espera que las inversiones a largo plazo sean sustanciales, con presupuestos que podrían superar los 50 millones de dólares en los próximos años si se implementan a gran escala.